Thursday, October 19, 2006

........................... De pronto el juego inocente y natural de los niños fue roto abruptamente por ese trío extraño de hombres que llegaban al pueblo aquel atardecer. Para aquellos niños era la primera vez en sus tiernas vidas que ese extraño trío rompía la armonía natural de sus existencias marcándoles para siempre.Dos hombres a caballo vestidos de verde olivo arrastraban mancornado a un pobre e infortunado paisano de algún pueblo de los alrededores, descalzo, polvoriento, sudoroso y andrajoso.El pequeño grupo de niños que jugaba a la sombra del milenario cedro que presidía desde el comienzo de los tiempos de la comunidad se disolvió rápidamente y cada uno de ellos desapareció por las diferentes bocacalles de la pequeña plaza del apacible pueblo, pero Ray quedo anonadado con tan extraña visión y se quedó como clavado al suelo, alelado, intentando asimilar extraño espectáculo y cuando pretendía seguir la huella de sus pequeños amiguitos un fuerte y bronco grito del hombre de a caballo le inmovilizó una vez más.- ¡Alto… no te muevas cholo e mierda!Dio el primer salto cual vicuña desbocada presto a fugarse de los de las garras del puma; como si con él no iba la orden, pero las grandes ancadas del caballo acompañadas de un certero riendazo cortó su tierna espalda le alcanzó cual un relámpago en medio salto y la lapidó nuevamente al suelo, esta vez dejándolo inmóvil y desconectado de la realidad.
- Como te llamas cholo e mierda-
- Raymi papa – Respondió asustado balbuceó entre sollozos.
¡Quien es el alcalde, onde vive pue, como se llama!
– El interrogatorio brotó a cascada sin dar tiempo a responder y el pequeño apenas balbuceo.
- Tayta Fortum papa – Siguió balbuceando el niño.
Mientras por la calle Grau bajaba corriendo el alcalde del pueblo sorprendido y asustado por el alboroto que se montaba en la plaza.
- Yo soy el alcalde pue jefecito –
Se presentó mientras se quitaba el sombrero e inclinaba ligeramente la frente en señal de sumisión a aquel hombre que vestía uniforme verde olivo y con botas montar negras al igual que su otro compañero.
-¡Ah cholo!, ¿así que eres el alcalde?Así es pue jefe… a mi me nombraron pue jefe
¿Y por que no nos esperaste cholo e mierda?
No sabía que venían pue jefe…
-Estos cholos de mierda se piensan que somos cojudos –comentó con su compañero a la vez que ordenaba que se le preste la atención necesaria a la autoridad, forraje para los caballos y comida para los dos guardias civiles, sobre la comida no fue necesario ir mas lejos, de pronto la vista del guardia civil se topó con una cochinchina que ajena al espectáculo picoteaba restos en la plaza y ordenó que se le haga un caldito de gallina en el acto y con respecto al forraje una comisión de alguaciles partió a traer alfalfa del solar mas cercano de la plaza.
Esta escena con el paso de los años jamás se había borrado de la memoria de Ray, marcó para siempre su vida y definió en adelante su conciencia, cada vez que se le pasaba por la mente dicha imagen sentía una sensación de resentimiento y humillación hacia la guardia civil y nunca se olvidó de aquellos dos guardias civiles que aun siendo indios como el martirizaba a sus hermanos, con el tiempo comprendería el porqué.Mientras estuvo en el pueblo no los volvió a ver más y cuando le tocó ir a la escuela quiso satisfacer su curiosidad y llegó a preguntar al maestro.Don Mauro que era el maestro del pueblo se lo explicó, dándolo a entender que eran representantes de la autoridad y guardianes de la ley, más bien terminó su explicación con una sencilla frase.- Son los perros del gobierno pué-Y nunca más tocaron el tema y Ray tampoco fue capaz de preguntar más a pesar de sonarle curiosa la última frase “perros del gobierno”, pero alimentó siempre en su memoria ese resentimiento.Pasaron los días y los años con esa apacibilidad que es propio de los pueblos andinos, se suscitaron muchos acontecimientos en el pueblo, algunas como siempre propias de la vida misma como el nacer y el morir y otras que llegaban del exterior de la comunidad en forma de extrañas y vagas noticias.Raymundo creció, pletórico y llena de fuerza, participando en las actividades propias de la comunidad, en la escuela aprendió a leer, sumar, restar y multiplicar, y sus brazos fueron capaces de roturar la tierra con la fuerza de las yuntas .........................................................

autor: sarhuino

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