Thursday, October 19, 2006

..................................................................El helicóptero pasó volando tan bajo y tan repentinamente que las ovejas se espantaron, y cada cual se dispersó asustada de la pequeña manada que mi abuelo y yo pastábamos. Nunca había pasado eso en el pueblo, sometidos a ese olvido por las agrestes cordilleras andinas vivíamos tranquilos en paz con el resto del mundo que no conocíamos y con nosotros mismos, roturando la arcillosa y olorosa pachamama, para sembrar y cosechar, cuidando nuestros animales, no teníamos idea de lo que era un helicóptero, sobre todo de lo estruendoso que era, alguna vez después de ver las fotos de la única revista que por esas cosas del destino había caído a nuestra casa preguntaba a mi abuelo de lo que era eso, y él en las noches a la luz de la lumbre y el fogón me contaba que era un aparato inventado por los gringos a semejanza del kachikachi, él en sus tiempos cuando de joven había marchado a cumplir con la ley de circunscripción vial en las carreteras de Manzanayoq cuando Manuel Prado (40) era Presidente había tenido la oportunidad de verlo de cerca pero nunca me dijo para que servía.Mi abuelo después de imprecar maldiciones por la forma repentina como habían roto nuestra tranquilidad ordenó nuevamente que reuniéramos la manadita y con la ayuda de Civilcha nuestro perro pastor y mi waraka cumplimos nuestra labor a la perfección tal como lo hacíamos en estos casos...
Esa tarde mi abuelo, escupió mucho el jugo verdoso de la coca macerada en saliva que antes degustaba con tranquilidad y cariño, su ración de cal que servía para endulzar la coca ahora le quemaba, su rictus cambió a preocupado y taciturno, habló muy poco y tampoco me atreví a hacerle mas preguntas, pues sentía que mi abuelo con su sapiencia de muchos años, muchos avatares, sufrimientos y lucha constante con la naturaleza viva, que a la vez era la razón de su existencia y la de sus hijos preludiaba algo, y por la pinta que llevaba después de ese incidente podía decir que no era precisamente algo bueno.
Jajjjjjjj, que mal me sabe esta coca, me amarga. – escupía constantemente-
La vuelta al redil por la tarde al terminar el día, mientras caía la noche fue silenciosa, solamente rota por el balido de las ovejas o el ladrar obligado de civilcha para poner en orden a alguna oveja desobediente, igualmente la cena, una sopita de morón con charqui acompañado de mote.
Mama Albina – espetó mi abuelo-
-Presiento que pasaran grandes sucesos, no sé que pero algo guerte se va armar por estas tierras-Mi coca nunca me engaña, ahora amarga más que nunca.
¿Lo dices en serio? -Le contesto mi abuela mientras pasaba el segundo mate de sopita con yuyu. Este medio día en la quebrada de Tunaq, un helicóptero nos ha asustao, quizás al chico habrá que hacerle qayapu, por que también se habrá asustao.
¡Sí! Efectivamente -corroboró mi abuela-
Ese extraño aparato ha sobrevolado el pueblo muy bajo, sobre todo la parte de la escuela, asustando a toda la gente del pueblo.Y dice que anoche, media docena de gentes extrañas han pasao por la casa de la Feliciana que vive al borde del pueblo, ha dicho que llevaban escopetas como la de Don Anto, la que utiliza para cazar vicuñas, y unos libros pequeños de color rojo como la que utiliza el padre Cavero en las misas de los domingos, después han pedido comida descansaron un rato y se marcharon al amanecer
¿No han dicho nada? –Preguntó mi abuelo-
Solo que no digan nada a nadie y comida querían pue..........................................................................

autor: sarhuino

0 Comments:

Post a Comment

<< Home